viernes, noviembre 29, 2013

Quiero que me digan que NO.


Quiero que me digan que NO.

Nunca acostumbro a hablar mucho de mis cosas personales en las redes sociales, pero esta vez me ha parecido interesante compartir con vosotros una reflexión que está dentro del campo profesional. Supongo que muchos de vosotros os sentiréis reflejados, sobretodo los que os dedicáis a actividades artísticas y los autónomos de cualquier sector profesional.

Antes de seguir, quisiera comentar que también he estado (o estoy) en el otro lado de la barrera. Recibo muchos mails cada semana de gente que se interesa por mi trabajo de forma personal y/o profesional y siempre en la medida que puedo les contesto. Tardaré más o menos.  Las respuestas serán más largas o menos, pero SIEMPRE intento contestar. Y si no contesto a alguno. Os juro que es porque se me ha pasado completamente. Y esto que parece tan simple, tan lógico, y tan “normal” me puede llevar un par de horas cada día.

La cuestión es que me siento impotente muchísimas veces cuando escribo para contactar con empresas o personas concretas y no recibo contestación alguna. Hay como cuatro grupos de feedback inútil que se traduce en una pérdida de tiempo y de energía en tu vida. Los iré nombrando de mejor a peor.

- En el primer grupo encontramos lo más normal… que es la “No respuesta”. Es lo más frecuente. Ya sabemos todos por un poco que hayamos actuado o investigado sobre ello que la llamada a puerta fría o en este caso email frío, suele tener una efectividad de un 3 %. Así que tampoco es de extrañar y lo podemos asimilar medianamente bien.

- En un grupo ya más avanzado, tenemos a los “Ni sí, ni no”. Son los peores en lo que a pérdida de tiempo y energía se refiere. Pues te van dando largas, o bien es un “a lo mejor”, o “me lo tengo que mirar” o cientos de condicionales ambiguos que hacen que estés encima de ello durante un tiempo larguísimo para terminar en nada. Porque cuando uno ya tiene cierta experiencia en ello ya sabe que a los que sí interesas te contestan enseguida (o en un periodo razonable de tiempo) en algo concreto. O sea que el sexto sentido ya te dice que aquí no sacarás nada de bueno pero existe el maldito “y si…” y eso es lo que te hace seguir luchando en el seguimiento por si suena la flauta que no tiene agujeros.

- En el tercer grupo tenemos al “sí trampa”.  Lo mejor para explicar este grupo es contar un caso que me ocurrió con una productora de cuyo nombre no quiero acordarme (ya que uno, ante todo, intenta ser elegante) que me concertó una entrevista porque les interesaba mi propuesta. Esta empresa ya tenía mi información previamente por correo electrónico, etc. Me desplacé a Barcelona a la hora convenida, me atiende una “amable señorita” que no se miró para nada la info avanzada por e-mail… le cuento cuatro cosas y cuando estoy ya dispuesto a abrir el portátil para que vea y sobretodo escuche la demo-reel de mi música (dura unos 5 min.), me comenta que no tiene tiempo… y que le envíe toda la info por mail (sí, exacto, ya se lo había enviado antes de concertar la entrevista). Me voy por la misma puerta por la que había entrado… llego a Vilafranca y le envío de nuevo toda la info (repetida) por mail. A las dos semanas llamamos por saber si le había llegado y dice que no había tenido tiempo de mirárselo… ya han pasado más de dos meses… y así lo he dejado por perdido. Pero de todo se aprende así que ahora… tengo preparadas tres presentaciones de DEMOS una que dura dos minutos, otra que dura 5, y la última que es la que mejor me puede “describir” que dura 10. Así pues, desde ahora, lo primero que hago cuando me abren la puerta al concederme una entrevista “físicamente” es preguntar:  - ¿De cuánto tiempo dispongo?¿2,5 o 10 minutos?- Con la mejor de mis sonrisas que no pueden ver… porque tengo el portátil YA ABIERTO enfrente de mi cara.

- El cuarto grupo que ya tiene medalla de Oro y matrícula de honor. Los nombraré “los sin cara”, porque se les ha caído de la poca vergüenza que tienen. Que no eres TÚ el que los ha contactado para ofrecer tus servicios ni buscado, sino que son ellos que vienen a ti. Hago esta pequeña aclaración porque me parece importante. No es lo mismo que tú ofrezcas tus servicios a alguien que le pueda interesar o no… y que tengan la amabilidad de atenderte o por lo menos de escucharte que el caso que estoy exponiendo. Estoy hablando de personas o empresas que, sin que tú les hayas ido “a buscar”, te escriben para pedirte que les hagas un presupuesto adaptado a sus necesidades. Que lo quieren rápido, bonito y barato. Y que tú haces lo que puedes para ajustarte al máximo. Que pierdes tu tiempo elaborándolo y pensando en todas las posibilidades para que salga lo mejor posible para todos. Que lo envías… rápido, bonito y barato. Y… no te contestan nunca más!!. Incluso tú mismo les escribes a los 15 días para asegurarte que lo han recibido (ya sabes que sí), y ni así recibes ya respuesta.


Por lo tanto y visto lo visto y contestado lo no-contestado… Agradezco infinitamente y energéticamente un NO, frente al desgaste y la humillación de la mala educación y el desprecio a mi tiempo de vida.

Por favor, serían tan amables, honestos, profesionales  y educados, si no les intereso, como para decirme que NO?




No hay comentarios: